domingo, 9 de abril de 2017

Resumen y análisis: La Escuela del Bien y el Mal (1/3)

Hay quien para un título como La Escuela del Bien y el Mal (LEBM) es una bandera roja, pues reúne todos los elementos de un libro infantil/fantástico trillado: Una escuela, divisiones y valores abstractos pero altisonantes.

No recomiendo plenamente esta saga –cuyo autor es Soman Chainani- porque de verdad te tiene que gustarte mucho este género para que no sientas rechazo (incluso si eres el target). Pero al mismo tiempo siento la necesidad de compartir, no tanto la historia, sino las reflexiones que saqué de esta.

Pueden leer el resume, dividida en tres partes (una por cada tomo) o saltar directo a los análisis, que por cierto está dividido en tres post para mayor comodidad de todos.



Contenido

Resumen de los tres tomos (Post 1)
Análisis:
1) Reescritura de fórmulas (post 1)
2) Acerca de las formulas clásicas (post 1)
3) Sobre  lo metafantástico (post 2)
4) Análisis y comentarios sobre el Bien y el Mal (post 2)
4.1) El código del mal (post 2)
5) Deshilachado final (post 3)

Resumen del libro 1: “La Escuela del Bien y el Mal” (con spoiler):

Cada año el pueblo de Gavaldon enfrenta una fatídica noche en la que dos de sus jóvenes son secuestrados para luego reaparecer en las ilustraciones de los más icónicos cuentos de hadas, sin que nadie pueda explicarse el misterio.


Agatha y Sophie, nuestras protagonistas y mejores amigas, son las secuestradas de este año y descubren que su destino es la Escuela del Bien y el Mal; el lugar donde todos los descendientes de los personajes de los Cuentos de Hadas (más dos lectores representativos, que serían ellas) van a entrenarse para sus futuros papeles.

Para desgracia de ambas, Agatha -rechazada social- es enviada con los Buenos y Sophie -hermosa y soñadora- es enviada con los Malos.

Tenemos dos hilos argumentativos: El banal y el transcendental. El primero domina la narración, el segundo trabaja en las sombras y va in crescendo para dominar hacia el final.

En el hilo banal tenemos a Agatha y a Sophie sufriendo en sus respectivas escuelas. La primera tan solo quiere volver a casa con su mejor amiga, pero está última está decidida a pasar a la escuela del Bien y conquistar a Tedros, el príncipe más popular.

Aunque Agatha no obtiene sino rechazo de todos y Tedros parece loco de amor por Sophie, esta última no puede reprimir la maldad innata dentro de ella y esto termina pasándole factura: Tedros empieza a reconocerla como lo que es y Sophie encausa todo su resentimiento hacia Agatha, la pobre y buena de Agatha. Es aquí cuando entra en juego el segundo hilo.

En el hilo trascendental tenemos el dilema que envuelve a las facciones del Bien y el Mal, representados por dos hermanos gemelos: los Rectores de la Escuela, custodios eternos de la Pluma que escribe todos los cuentos de hadas.

Dicha Pluma repartía las victorias entre buenos y malos equitativamente, pero un día los hermanos se enfrentaron a muerte sin que nunca se supiera cuál hermano sobrevivió. Solo se sabe que desde entonces los “buenos” no han dejado de ganar en todos los cuentos, volviendo a los alumnos de la Escuela del Bien cada vez más banales y colmando de rencor y desesperanza a los estudiantes de la Escuela del Mal.

Lo que nadie sospechaba es que quien sobrevivió no fue el Rector del Bien, sino el del Mal y la Pluma tan solo ha estado tratando de equilibrar la balanza. Sin embargo, aún en la victoria el Rector sobreviviente se sabe derrotado al no poder vencer el argumento de su hermano: “el mal no puede amar”.

Al menos hasta ahora, pues Sophie ha demostrado la villana ideal, la única que puede ser una igual para el sombrío Rector. Este no descansará hasta aplastar definitivamente al Bien.

Resumen del libro 2: “Un mundo sin principes” (con spoilers):


Este segundo tomo se siente como un intermedio. Dejan un rato de lado las discusiones sobre el Bien y el Mal, a cambio se vuelve una guerra de los sexos.

El libro inicia con Sophie y Agatha retornadas a su pueblo tras haber derrotado al Rector y haber sido transportadas involuntariamente de vuelta a casa.

Sophie lucha día y noche con su lado malo, desesperada por el miedo de volver a ser la horrible criatura que casi acaba con su abnegada mejor amiga.

Sin embargo, se ven trasladadas de nuevo a la Escuela del Bien y el Mal; donde descubren que el final de su propia historia ha inspirado a los personajes femeninos de todos los cuentos para trabajar en equipo en contra de los personajes masculinos.

En la nueva Escuela brujas y princesas son amigas, las primeras tienen derecho a maquillarse y sentirse bonitas, las segundas ya no tienen que vivir pensando en cómo agradar a los chicos. ¡Es la revolución!

Mientras que en el lado de los chicos se ha instaurado el caos y están desesperados por hacer que todo sea como antes. Tedros, despechado por la partida de Agatha quiere aniquilar a la “malvada” de Sophie, con lo que está seguro restaurará el orden de las cosas.

Este tomo va mucho sobre cuestiones de género, sin dejar bien parado  a ningún extremista. Al mismo tiempo profundiza en Tedros como personaje y su relación con las dos chicas protagonistas.

Al final del libro el Rector vuelve de la tumba, rejuvenecido y más poderoso.

Resumen del tomo 3: “El último Para Siempre” (con Spoilers):

Con Agatha y Tedros exiliados en el pueblo de Gavaldon y Sophie encerrada en una torre el Rector del Mal parece finamente vencedor. Pero aún le falta dos cosas: Ganar el amor de su enamorada y destruir las esperanzas de los lectores en el Bien.

El libro cierra los ciclos necesarios en cuanto amor, amistad y definición personal de los jóvenes protagonistas. Mientras tanto el Rector cambia los finales de todos los cuentos de hadas, haciendo que los lectores del pueblo de Gavaldon vayan perdiendo la fe en los Buenos y lo que representan.

El clímax es una suerte de batalla campal entre ambos bandos, en la que Sophie es la pieza decisiva al tener que elegir entre Agatha (quien se quedará con Tedros, “su” príncipe y eventualmente la dejará sola) o el Rector, un hombre frío pero que le ha prometido todo lo que siempre ha querido.


Análisis de la saga:

1) Acerca de las formulas clásicas:

Primero quiero destacar lo bien que sirve este libro para ejemplificar un montón de fórmulas literarias que le brindan su esqueleto a un sinfín de obras:

-      Dualidad en el protagonismo: Se nos presentan dos personajes, que son tanto espejo uno del otro como sus contrarios. Empujan la historia a través de estas diferencias y semejanzas, hasta que cada protagonista encuentra su propio camino (generalmente gracias a los aportes del otro y autoaceptación, justo como en esta saga).

-       Una escuela: Por muy irónico que sea (considerando lo aburridas y agotadoras que son en la vida real) una escuela es un ingrediente que puede construir la mitad de una novela juvenil por si sola. El mejor ejemplo viene del mundo de Harry Potter, donde Hogwarts crea ambiente, personajes y argumentos casi por su cuenta.

La “escuela” tiene variaciones: Puede ser como en la saga Divergente, en la que su primer libro gira acerca del entrenamiento de la protagonista en su nueva Facción y la nueva forma de vida que adopta estando allí. O como en El Hogar de Miss Peregrine Para Niños Peculiares, donde la “escuela” es la casa y su dinámica.

En el caso de LEBM no hace falta pensar mucho para darnos cuenta como la Escuela construye y constituye casi todo el universo y su trama.

-     Enfrentamiento del bien y el mal: Esta es la fórmula más antigua que existe y su mejor exponte es la biblia. No todas las historias llaman abiertamente bien y mal a los valores antagónicos que presentan, pero pocas son las obras donde a cada bando se le hace propaganda equitativamente.


En este libro no hay que ni pasar de la portada para ver el claro enfrentamiento de valores en torno a la cual gira el libro. La fórmula literaria de la batalla de creencias está tan arraigada que el segundo tomo profundiza en esta mostrando una guerra abierta entre chicas y chicos.

2) Reescritura de formulas:

Aunque hemos estado usando las mismas formulas argumentativas una y otra vez todos estos siglos en cada generación le damos nuestro propio toque. En esta saga vemos algunas de las reinvenciones más comunes:

-       Los malos también tienen sus razones: Antes el malo era malo porque sí y no se pensaba mucho más. Hoy por hoy hay más de una nueva edición de Caperucita Roja donde cuentan la versión del lobo, que al final de cuentas también merece comer. Incluso hay libros (y ni siquiera tan contemporáneos) que narran la historia bíblica desde los ojos de Lucifer.

Ya que tenemos a la mitad de nuestro elenco en la Escuela del Mal (y de hecho son más agradables y útiles que sus contrapartes buenas) se hace indispensable arrojar luz sobre su posición y forma de ver el mundo. Aunque la saga se reserva el cómodo recurso del “malo porque sí” para simplificar todo: el Rector.

-   El “defecto” que no importa: En la fórmula tradicional los protagonistas tienen una característica o cualidad que era mal percibida por los otros personajes:
Cenicienta era la sirvienta de su casa y andaba sucia, siempre llena de cenizas. Bella era demasiado humilde y sencilla para el gusto de sus hermanas (o demasiado intelectual para el gusto del pueblo, según la versión). Por su parte El Patito Feo era diferente físicamente, poco agraciado.

Sin embargo, en el final se demostraba que estos “defectos” no le quitaban mérito a los protagonistas o que justo encerraban algo bueno: Cenicienta seguía siendo hermosa y encantadora a pesar de la servidumbre impuesta por su madrastra; Bella logra ver más allá de las apariencias y amar a la Bestia y el Patito no era uno feo, era un Cisne mal apreciado.

En LEBM Agatha parece ser la que carga el “defecto”, pues es “fea”, poco agraciada. Bajo la fórmula tradicional se debió demostrar que ella era esplendida, una Cenicienta a la que faltaba un buen baño; o un Patito Feo que maduraría en una belleza o que de pronto sería mirada con otros ojos.

Pues bien, el libro se rebela ante la fórmula: Agatha no se ve o siente diferente usando vestidos y maquillaje. De hecho sigue siendo muy liberal y descuidada con su apariencia (lo que era parte de su “defecto”) y el único cambio que vemos acerca de esto es la autoaceptación y que se tiene más confianza, a pesar de que todos la siguen viendo igual de fea. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario