Describir parece fácil cuando
lees a Hemingway o a casi cualquier autor actual de literatura
infantil-juvenil. Creo que el mejor
ejemplo de esto es Harry Potter. Rowling enfrentó el reto de hablarle de
castillos con escaleras que cambian de lugar, perros de tres cabezas y más a
lectores que aún no sabían qué diferencia había entre el rojo y el escarlata.
Autores como ella han dominado el arte de la descripción en su justa medida. Saben cuando basta con decir “un viejo y raído sombrero”, mientras que yo me tomaría tres párrafos para explicar cómo “los viejos pliegues del cono de la tela formaban una suerte de cara llena de sombras, pero no como humana, sino…”, además de anexar detalles como “era de tela blanda pero se mantenía ‘rígido’, no duro y era negro sucio tirando a marrón, pero no desgastado, sino como que le hubiera caído polvo…”.
Autores como ella han dominado el arte de la descripción en su justa medida. Saben cuando basta con decir “un viejo y raído sombrero”, mientras que yo me tomaría tres párrafos para explicar cómo “los viejos pliegues del cono de la tela formaban una suerte de cara llena de sombras, pero no como humana, sino…”, además de anexar detalles como “era de tela blanda pero se mantenía ‘rígido’, no duro y era negro sucio tirando a marrón, pero no desgastado, sino como que le hubiera caído polvo…”.
Esa es una de las cosas que más
me frenan al escribir. No tanto la historia o incluso los personajes. Me obsesiono
con asegurarme de que el lector vea exactamente lo que yo me imagino. Y creo que eso está mal de mi parte, sería un asunto diferente si fuera un guión audiovisual pero en un libro a veces hay que dar un paso hacia atrás.
Antes no me ofuscaba tanto por el
tema de la descripción. Eso es porque empecé a escribir con FanFics. Como los
fics están basados en historias ya existentes y comunes tanto al escritor como
a los lectores no hay necesidad de describir los escenarios o los personajes
tanto como en una obra original. No sé cómo habría descrito el escenario
Kaleido (parte de un anime) si los lectores de mis primeros fics no hubieran visto la serie. Aún
hoy no sabría cómo explicar el muelle o la forma de la carpa de tan particular
circo.
Es cierto que cada autor describe
a su manera. Por ejemplo Anne Rice (Crónicas Vampíricas) describe con mucho más
detalle que muchos autores de su género. Lo cual, en su caso, es casi una
obligación argumentativa pues sus narradores suelen ser vampiros con un sentido
de la percepción tan potente que no pueden dejar de detallar maravillados cada
pieza a donde entran; sumándole a esto que se rodean de arte y decorados es
solo cuestión de lógica las bastas descripciones en las que Rice incurre. Como
lectora esto a veces me pasa factura y me aparto de las lecturas de Rice
agotada. Pero más allá de eso Rice no hace un “peor” o “mejor” trabajo de descripción
que otros autores.
Aún así, me niego a refugiarme en
la excusa de “cada quién tiene su estilo”. Quiero escribir sencillo pero potente.
En especial porque creo que mi problema tal vez no sea el describir como tal,
sino el no querer dejar ir a mis personajes, quien llevan tanto tiempo gestándose
en mi imaginación y a quienes he tomado tanto aprecio. Sin embargo, me he de
recordar, por mucho que duela, que un escritor debe entender que las historias
nunca son de uno sino de quien las lee.