Es tarde cuando empiezo a
escribir esto, aunque el reloj marca las 11:11 y eso es cool. Ah no, esperen,
borre y empecé a escribir desde cero y ya son las 11:12. Estoy cansada y estaba
a punto de quedarme dormida en lo que prometía ser un acogedor sueño; muy
diferente a los que he tenido últimamente.
Pero, estaba tirada en algún
sitio y escuché una canción estúpida en esta dirección. Entonces despertó a
alguien en mí que tiene que enviar esto antes de que sea muy tarde de nuevo;
antes de que la canción termine.
Verán, hace semanas me propuse
escribir un nuevo post, estaba en mi
cuarto y era domingo. Lo recuerdo porque, aunque publique los lunes, solo me
propongo escribir los domingos (supongo porque creo que así podré iniciar la
semana pensando que aproveché el fin). Sin embargo, de repente estaba a mitad
de semana, en otro sitio, y no podía
recordar cómo llegue allí.
Me preocupó, pero no pude hacer
nada al respecto porque de repente estaba viendo el escritorio junto a mi cama.
Eran las seis de la mañana, estaba acostada en mi colchón. Me dije “¿Tan rápido
dormí?”y quise llorar, no porque me sintiera más cansada de lo normal –que lo
estaba- sino porque no recordaba mi dormir y fue como si me hubiera perdido de
algo especial. ¿Eso es tonto o no soy la
única que a veces se siente flotando y siendo consciente de su propio descanso?
Lo que me parece fue la mañana
siguiente fue igual y por eso no tenía mucha cabeza para pensar en mi extraña
navegación por el tiempo. En esa maraña
de días sin fecha me parece que escribí en facebook que estaba deslizándome por
los pasillos secretos del tiempo, como atajos.
Eso me asusta, porque no estoy tomando
esos atajos a propósito y no quiero terminar dándome cuenta que solo reconozco
mi reflejo si uso un retrato de mi juventud en lugar de un espejo.
Por un momento me asustó el que
fuera alzhéimer pero luego recordé que de eso era la película que vi la semana
pasada (o la antepasada, o la que vendrá) y estaba mezclando las cosas.
Atrasé mi reloj quince minutos
pero el tiempo no se confundió.
Ahora, con todo el sacrificio que
eso trae, estoy escribiendo esto. Porque tal vez sea la única forma de anclarme
al presente. Sin embargo, mucho me temo que no puedo esperar al día y a la hora
que acostumbro para publicar. Veo el reloj y ya no tiene sentido, ¡no me pudo
haber llevado tanto escribir esto! Me es necesario renunciar a él y a su
importancia.
Tengo miedo, lo que hay al final
del pasillo principal es la muerte. Perdónenme si no es lunes, perdónenme si
este post se publica tres años después o dos días antes que el último que puse.
Pero se me cierran los ojos, la canción en realidad sonó hace dos días y no
quiero despertar victima de otro atajo.
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