sábado, 31 de mayo de 2014

Escribiendo: El reto de describir

Describir parece fácil cuando lees a Hemingway o a casi cualquier autor actual de literatura infantil-juvenil.  Creo que el mejor ejemplo de esto es Harry Potter. Rowling enfrentó el reto de hablarle de castillos con escaleras que cambian de lugar, perros de tres cabezas y más a lectores que aún no sabían qué diferencia había entre el rojo y el escarlata.

Autores como ella han dominado el arte de la descripción en su justa medida. Saben cuando basta con decir “un viejo y raído sombrero”, mientras que yo me tomaría tres párrafos para explicar cómo “los viejos pliegues del cono de la tela formaban una suerte de cara llena de sombras, pero no como humana, sino…”, además de anexar detalles como “era de tela blanda pero se mantenía ‘rígido’, no duro y era negro sucio tirando a marrón, pero no desgastado, sino como que le hubiera caído polvo…”.

Esa es una de las cosas que más me frenan al escribir. No tanto la historia o incluso los personajes. Me obsesiono con asegurarme de que el lector vea exactamente lo que yo me imagino. Y creo que eso está mal de mi parte, sería un asunto diferente si fuera un guión audiovisual pero en un libro a veces hay que dar un paso hacia atrás.

Antes no me ofuscaba tanto por el tema de la descripción. Eso es porque empecé a escribir con FanFics. Como los fics están basados en historias ya existentes y comunes tanto al escritor como a los lectores no hay necesidad de describir los escenarios o los personajes tanto como en una obra original. No sé cómo habría descrito el escenario Kaleido (parte de un anime) si los lectores de mis primeros fics no hubieran visto la serie. Aún hoy no sabría cómo explicar el muelle o la forma de la carpa de tan particular circo.

Es cierto que cada autor describe a su manera. Por ejemplo Anne Rice (Crónicas Vampíricas) describe con mucho más detalle que muchos autores de su género. Lo cual, en su caso, es casi una obligación argumentativa pues sus narradores suelen ser vampiros con un sentido de la percepción tan potente que no pueden dejar de detallar maravillados cada pieza a donde entran; sumándole a esto que se rodean de arte y decorados es solo cuestión de lógica las bastas descripciones en las que Rice incurre. Como lectora esto a veces me pasa factura y me aparto de las lecturas de Rice agotada. Pero más allá de eso Rice no hace un “peor” o “mejor” trabajo de descripción que otros autores.

Aún así, me niego a refugiarme en la excusa de “cada quién tiene su estilo”. Quiero escribir sencillo pero potente. En especial porque creo que mi problema tal vez no sea el describir como tal, sino el no querer dejar ir a mis personajes, quien llevan tanto tiempo gestándose en mi imaginación y a quienes he tomado tanto aprecio. Sin embargo, me he de recordar, por mucho que duela, que un escritor debe entender que las historias nunca son de uno sino de quien las lee.