domingo, 25 de agosto de 2013

¿Y si somos como un vídeojuego?

Durante casi dos años tuve que ir a cierta embajada porque estaba obteniendo la doble nacionalidad (sí, mucho papeleo).  La primera vez que fui entré al edificio que estaba a su lado, pues no sabía aún cuál era. En la recepción me guiaron y durante esos dos años nunca volví a poner un pie en ese anónimo edificio. Mucho menos subí al resto de sus pisos, nunca me enteré o me pregunté qué funcionaba allí.  Solo era relleno de fondo.

Entonces, mucho tiempo después de conseguir la nacionalidad conseguí un trabajo en una empresa. ¿Dónde funcionaban las oficinas? ¡Justo en el edificio que ignoré por dos años!

Los que son asiduos a los vídeojuegos  tal vez ya captaron el asunto.  O tal vez no:

¿Qué tal si, tal como en un vídeojuego, todos los lugares de los que hemos oído o visto solo por fuera están en “blanco” hasta que el argumento de nuestras vida nos lleve a usarlo? Esto incluyendo otros países.

Vamos más allá: ¿Qué tal si nada realmente exista hasta que tu decidas “usarlo”? Por ejemplo, todos esos links de twitter, facebook y google que nunca clickeaste. Esto aplica para toda situación dentro y fuera de la pantalla.



En los vídeojuegos es usual que pasemos por sitios que consideramos relleno. Incluso están como muertos si vas fuera de tiempo a ellos. A veces simplemente no puedes entrar. Pero entonces te asignan una misión especial relacionado a ese sitio y se integra al mundo activo del personaje (y del jugador, pues a veces ni recuerdas un sitio hasta que el juego le da valor).

También hay juegos que te ofrecen todo un abanico de posibilidades; pero una vez que hayas elegido un camino nunca ves rastros de los caminos que pudieron ser, como si nunca hubieran existido.  En ciertos juegos tus decisiones hasta cambian los personajes que te encuentras, sus personalidades y hasta sus destinos.

Siguiendo esta línea argumentativa nos encontraríamos con que las demás personas también están en blanco hasta que interactuamos con ellas. “¡Espera! Yo estoy leyendo esto y viviendo mi vida. No estoy en blanco”, dirás. Pero entonces te toca preguntarte si no soy yo, quien escribe, la que estoy en blanco. Si este escrito realmente existió antes de que tú decidieras leerlo.  

En el comic Art 88-46 me ganaron al exponer algo similar. En la trama de esta genial pieza narran como una computadora creó todo un universo para que la mente de su amo –que había quedado atrapada en el mundo digital- pudiera mantenerse activa sin degenerarse, hasta que pudiera volver a su cuerpo.  En ese universo, de hecho, había un científico repudiado porque había expuesto que todos ellos en realidad tenían días de existencia. Nadie le creía y sin embargo tenía la razón, todo sus universo había estado en "blanco" hasta que fueron necesarios.

Podemos reírnos de esto. Porque significaría que cosas como las tragedias de las guerras no existieron, que Colón nunca navegó el atlántico o que Astrong nunca fue a la luna (no me malinterpreten. No soy de los que creen en esa teoría conspirativa). Todas esas cosas serian solo fabricaciones para rellenar nuestro mundo. Lo serían las noticias, el acontecer político, los sucesos de la farándula, lo que nos enseñan en la escuela.

Por momentos me convenzo sinceramente a mí misma de esto al darme cuenta que cuando me empiezo a interesar en un nuevo tema este empieza a saltar en mi vida. Todos hablan de él como si siempre hubiera estado presente y demás. Es como si de repente desapareciera alguien, pero nadie lo recuerda y creen que estás confundido, solo que a la inversa.

Otras  veces me convenzo al ver qué absurdas o increíbles suenan ciertas cosas. Como varios sucesos históricos  o fenómenos sociales*.

Sin embargo, la pregunta que tanto tú como yo nos hacemos es: ¿quién estaría detrás de esta maquinación?, ¿Dios?,  ¿los gobiernos?, ¿robots que nos cosechan para ser sus baterías?

No creo en que seamos un vídeojuego per se y nos encontremos en un dilema como el de Buzz Lightyear, quien descubrió que la realidad no es lo que parece. En esta teoría me gusta creer que simplemente es así como está concedida la realidad. Sin nadie manipulando las cuerdas desde las sombras. Es y ya.  

Es una explicación decepcionante; pero en los juegos de vídeo raramente nos dan detalles convincentes acerca de los cómo  y por qué.  Sí eso no ha impedido que la lógica interna de los juegos se mantenga no veo por qué mi explicación no puede sustentar esta idea.